Los brillantes colores de las telas en la fachada del pabellón nigeriano forman un interesante contraste con el color terracota de las cúpulas de los pueblos haussa. Una construcción de metal en forma de bóveda cubre los espacios expositivos cuadrados que están revestidos con telas antiguas y modernas de las distintas regiones del país. La técnica del tejido tiene en Nigeria más de mil años de antigüedad.

Además de las construcciones haussa, que fueron erigidas de madera y barro como lo impone la tradición, se encuentran diferentes estilos regionales en los portales, arcos y zócalos terminados en punta.

Las exposiciones "Las caras de Nigeria" e "Imágenes de Nigeria" documentan el renacimiento nacional y democrático del país más poblado del África.