"La Isla de las Aventuras", hasta los Dominicanos denominan a su país natal de ese modo. Y una de las aventuras principales del lugar consiste en viajar: las calles más bien son pistas que serpentean sobre impresionantes elevaciónes selváticas, por encima de baches, lodo y cascajos; pasan junto a árboles de 60 metros de altura, a través de masas volcánicas, y a donde se dirija la mirada hay agua: en la isla abundan los lagos transparentes como el cristal, y hay cientos de cascadas y estanques, que derivan en ensenadas rodeadas de palmeras, que circundan las playas volcánicas.

Dominica es la más originaria de las islas del Caribe. En su exhibición, en el marco de la exposición conjunta de los países miembros de CARICOM, se puede escuchar el rumor del agua. Sobre unas grandes telas se hallan representados los bosques, las aves y las plantas de la isla; a ambos lados de una cabaña tropical se presentan diapositivas sobre los parques nacionales y los habitantes originales de la nación insular. Alrededor de quinientos de estos indígenas se han retirado hacia una alejada reservación, en la que viven de la pesca y la fabricación de canastas.