Según una leyenda de la Micronesia el dios Nareau arrancó flores de un árbol primitivo y las arrojó hacia el sur. Desde ese entonces todas las islas en las que cayeron las flores pertenecen al archipiélago de Kiribati.

Las 33 islas y atolones coralinos que pertenecen actualmente a la República de Kiribati sobresalen del nivel del mar no más de tres metros. El comercio con copra, pulpa seca del coco utilizada para la producción de jabón y pasta de dientes, y la pesca son las fuentes de ingresos más importantes.

Hasta el día de hoy los habitantes de Kiribati siguen pescando en canoas de madera con batangas y velas. En la presentación conjunta de las islas del Pacífico en la EXPO se expondrá uno de estos botes construido con madera y fibra de coco.