La necesidad desarrolla la inventiva: los niños de la isla caboverdiana construyen sus propios juguetes con todo lo que encuentran. En la EXPO, los visitantes más jóvenes pueden conocer las "obras de arte" e intercambiarlas por sus mecanos de Lego o autos Playmobil. "De esta manera, los niños de Cabo Verde podrán tener juguetes de afuera que ellos normalmente no pueden permitirse", así justifica la Comisaria General Teresa Texeira B. Amado esta singular acción. Los jóvenes visitantes de la EXPO aprenderán, por su parte, que con objetos de uso diario se pueden hacer muchas cosas para jugar... y además sin coste alguno.

Además de los juguetes, Cabo Verde ha traído consigo un trozo de mar: Redes de pescadores y "Bogavantes Bungee" adornan el techo de la casa de arcilla en la que tiene lugar su exposición. Un pequeño Museo del Mar muestra el fascinante mundo subacuático de Cabo Verde. Los visitantes se pueden sumergir en una luz azul, oír el murmullo del mar y contemplar hallazgos arqueológicos sobre el fondo marino. Sentados en una cómoda hamaca pueden escuchar la música vernácula soñando al mismo tiempo con unas vacaciones en sus playas.