Los Países Bajos se presentan con pilas de paisajes que se alzan a cuarenta metros de altura. Con este pabellón, el más alto de la EXPO, Holanda desea demostrar cómo se pude construir de un modo ecológico en espacios reducidos y, de paso, romper con los actuales clichés sobre el país. Un ascensor lleva a los visitantes al quinto piso, al techo, lugar adornado con un paisaje ribereño y con novedosas aspas de molino de viento. Como la mayoría de Holanda se encuentra bajo el nivel del mar, la visita al pabellón comienza en la altura y va bajando gradualmente.

Desde las escaleras externas se llega al cine de paso del cuarto piso, en donde dos cortometrajes permiten descubrir los lados ocultos del país. En el tercer piso se ha plantado un bosque en las alturas, cuyas raíces representan la red de caminos, puertos, canales y empresas holandesas. El país espera a los visitantes del primer piso con un radiante campo de flores. Sobre un paisaje de dunas provisto de una terraza café, se regresa de nuevo al paisaje natural, parcialmente adornado con esculturas.