Armenia quiere advertir sobre las catástrofes naturales con una réplica del "Arca de Noé" y, a su vez, dar esperanzas de un nuevo mundo. El navío es un símbolo de la lucha por sobrevivir de la humanidad; un símbolo que se acopla a la tradición bíblica de este pequeño país caucásico: según el Viejo Testamento, después del Diluvio el Arca ancló sobre el monte Ararat. Es por eso que Armenia, país mencionado por primera vez al final del tercer milenio antes de Cristo, hace las veces de cuna de la civilización.

Ya a partir del año 301 después de Cristo, el cristianismo fue introducido como religión estatal. El "Arca de Noé" también permite vislumbrar los últimos dos mil años de historia, presentando entre otras cosas la extensa longevidad de los armenios y la misteriosa fuerza que encierran las rocas del país.